Sunday, May 04, 2014

LOS EXTRANJEROS




Clase de Ética, 4º de la ESO, una de las últimas que voy a poder dar si entra en vigor la Ley Wert, donde se convertirá -pobrecita- en una alternativa tediosa y descastada a una materia a la que, no sé por qué, llaman "Religión" cuando lo que quieren decir es "Catolicismo". Me asombro cuando, en el ambiente distendido propiciado por la ausencia por excursión de la mayoría de compañeros, un grupo de alumnas salen del armario para manifestar su opinión sobre la inmigración en España. Hay odio, se respira en sus palabras y en sus caras contraídas una violencia que cuesta imaginar en personas tan jóvenes y a las que uno supone -quizá inapropiadamente- aún poco baqueteadas por el dolor y la frustración.

Intento ser comprensivo, discuto sus argumentos sin abroncarlas ni calificar su actitud con adjetivos gruesos. Creo que es lo más estratégico, pero no funciona, el debate sólo sirve para que las alumnas del grupo llegadas de la inmigración -dos hispanoamericanas y una magrebí- se sientan más solas y acosadas, más conscientes de que éste es un país hostil. 

Los extranjeros llenan las colas del paro y de las ayudas sociales; les dan subvenciones que niegan a los españoles; vienen a robar; nos miran a las mujeres de forma desagradable; nos quitan los trabajos porque, como se conforman con cualquier sueldo, a los de aquí nos dejan en el paro; hemos de respetar sus costumbres, pero si tú vas allí tienes que hacer lo que ellos digan... No se engañen, son argumentos endebles, desde luego, pero no son de niños, son las razones que han escuchado machaconamente en casa y provienen de los adultos. 

Inútil tratar de refutar estos tópicos, su misma naturaleza reactiva hace a sus portadores extremadamente hostiles al diálogo y el autocuestionamiento. Si apuesto por la empatía -hablamos de seres humanos, personas que sufren, gentes que, como mis padres, que fueron a Alemania hace cincuenta años, se marchan con dolor de su casa para buscar una vida mejor- tampoco me funciona, pues resulta muy difícil empatizar con aquél al que se teme, se desprecia y se odia. 

Preocupante, desde luego, pero haríamos mal en extrañarnos. Se habla en estos días del auge de partidos más o menos periféricos, un batiburillo en el que se mezclan los euroescépticos con los xenófobos. ¿Son una opción de gobierno en las naciones europeas? No, la gente no sabe que está castigando a los inoperantes y corruptos de los partidos clásicos para sustituirlos por tipos aún más incompetentes y sin el más mínimo escrúpulo para la rapiña. Pero ese no es el problema, el problema es que la gente percibe que los parlamentos están lejos de las auténticas angustias de la gente. Escuchen a Rajoy y a sus ministros hablar de la crisis, o al líder de la oposición no dando una sola pista de lo que piensa hacer si gobierna, y entenderán por qué la gente está dejando de crecer en esa democracia que tanto costó conseguir y que ahora parece habérsenos esfumado sin que apenas nos diéramos cuenta.

Un grupo de orientación xenófoba organiza un reparto de comida gratis "sólo para españoles" en un barrio de Valencia donde por cierto abunda la inmigración. Cutre y nauseabundo, desde luego, pero no dejemos de reconocer cierta habilidad para el marketing electoral en el acto: el populismo consiste en eso, en acudir a los puntos más inflamables del corazón de las gentes. De lo contrario no sería tan peligroso como es. Tómemos nota, más nos vale.    

4 comments:

Observación Pulsante said...

Claro... sus alumnos son bestias, usted es un bondadoso ser humano.

David P.Montesinos said...

No se lo crea, amigo Observación Pulsante, mis alumnos son por lo general personas de bien, incluyendo por descontado a quienes cargan con prejuicios ideológicos contra los que considero, como educador, que es un deber luchar. En cuanto a mí, le sorprendería el estado de mi autoestima, aunque al menos tengo una virtud: suelo argumentar mis afirmaciones.

Observación Pulsante said...

No lo dudo, sus alumnos son personas, no solo de bien, sino de libres.

Pocos profesores habrían realizado un trabajo tan impecable para la sociedad. Porque... sabe, sus opiniones y moralina son cosa suya, de lo que se trata es de que sus estudiantes piensen por sí mismos.

Solo puedo felicitarle.

David P.Montesinos said...

Le agradezco el tono de esta segunda intervención. Lo de la moralina no termino de verlo, creo que eso es más propio de las clases de catecismo, yo doy Ética, uso práctico de la Razón. Otra cosa es que ofrezca o no opiniones personales, creo que chicos cercanos a la edad laboral y penal deben acostumbrarse a escuchar opiniones siempre y cuando sean argumentadas y, sobre todo, se emitan como tales opiniones, lo demás es adoctrinamiento. En lo de formar librepensadores estoy totalmente de acuerdo.