Friday, January 09, 2015

LOS BÁRBAROS

Difícil no sumarse al coro internacional que clama por la libertad frente al fanatismo. En mañanas como ésta a uno se le figura la historia de la literatura -no sólo la periodística- como un reguero de sangre.

 Desde siempre publicar dibujos o escritos fue un peligro. Acaso su declive llegue el día que deje de serlo, el momento en que refutar textos sacros, burlarse de profetas o simplemente oponerse a los bárbaros ya no suscite sino la indiferencia. La actitud diametralmente contraria, la persecución, se propone inducir a los librepensadores al silencio. No hablarás a los jóvenes de dioses distintos a los que la polis declara oficiales, no leerás el Libro bajo otra interpretación que la de la jerarquía vaticana, no defenderás las doctrinas de Copérnico, no podrás leer ninguno de los textos que el Reich etiquete como antialemanes, no te burlarás del hombre santo, no aceptarás otra sexualidad que la consagrada por el patriarcado... En 1984, Orwell sugiere que el avance tecnológico puede ser visto por los dictadores como una oportunidad para extender su poder de prohibir hasta sus últimos extremos: no sólo no te expresarás contra mí, ni siquiera podrás pensar contra mí... Solución final, el horror del pensamiento único al fin sin enemigos. 

Todos deberíamos sentirnos unos afrancesados, incluso hoy, el espíritu de la Republique significa algo que tiene muy poco que ver con la xenofobia de Le Pen. Por eso me cuesta atender a quienes, por candidez o por malicia, quieren ver en la barbarie sufrida por el semanario satírico Charlie Hebdo la respuesta de una causa árabe martirizada por Occidente. Son árabes y musulmanes los que suelen sufrir en sus carnes la violencia del yihadismo, es a magrebíes, pakistanís o islámicos subsaharianos a quienes destruyen las bombas de los fanáticos. Y son -conviene recordarlo ahora más que nunca- intereses occidentales los que lanzaron bombas sobre Bagdad, toleran la tragedia del pueblo palestino o protegen satrapías que matan de miseria a millones de mulsumanes. Por eso debemos hacer la pedagogía que haga falta para recordar a quienes votan en Francia al Frente Nacional o se manifiestan en Alemania contra la "islamización de Europa" que es precisamente el choque de civilizaciones, la islamofobia en definitiva, lo que los bárbaros intentan promover. "Cuanto peor, mejor", ésta ha sido desde siempre la consigna terrorista. 


Se me ocurre en estas horas preguntarme por qué un diario satírico. Dudo mucho que el profeta se sienta vengado por las burlas recibidas después de esta jornada de furia asesina. Uno sospecha que los bárbaros dirigirán su odio contra fabricantes de armas o contra políticos que alientan el odio contra los árabes del mundo, pero no, han ido contra unos señores desarmados que, más que reírse de Mahoma, lo que parodian es la fe de los fanáticos, los dogmas que pretenden imponerse por la fuerza, la atávica pretensión de que lo que los dioses esperan de nosotros es que convirtamos este mundo en un jodido infierno.  

Tiene muy poca gracia todo esto. 

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